miércoles, 8 de junio de 2011

El ojo y sus partes:

 La córnea es la estructura hemisférica y transparente localizada al frente del ojo que permite el paso de la luz y protege al iris y al cristalino. Consta de tres capas separadas por dos membranas: la más externa es el epitelio corneal, la media es el estroma (la capa más ancha de las tres) y la más interna es un endotelio mono estratificado.

La retina es un tejido sensible a la luz situado en la superficie interior del ojo. Es similar a una tela donde se proyectan las imágenes. La luz que incide en la retina desencadena una serie de fenómenos químicos y eléctricos que finalmente se traducen en impulsos nerviosos que son enviadas hacia el cerebro por el nervio óptico.


El cristalino es un componente del ojo con forma de lente biconvexa que está situado tras el iris y delante del humor vítreo. Su propósito principal consiste en permitir enfocar objetos situados a diferentes distancias. Este objetivo se consigue mediante un aumento de su curvatura y de su espesor, proceso que se denomina acomodación.


El iris es la membrana coloreada y circular del ojo que separa la cámara anterior de la cámara posterior. Posee una apertura central de tamaño variable que comunica las dos cámaras: la pupila. El iris es la zona coloreada del ojo. En su centro se encuentra la pupila, de color negro; la zona blanca que se encuentra alrededor se denomina esclerótica.


La esclerótica, la "parte blanca del ojo", es una membrana de color blanco, gruesa, resistente y rica en fibras de colágeno. Constituye la capa más externa del globo ocular. Su función es la de darle forma y proteger a los elementos más internos. La esclerótica está formada por 3 capas: fusca, fibrosa y epiesclera.


La conjuntiva es una membrana mucosa y transparente que tapiza el globo ocular desde el limbo hasta los fondos de saco conjuntivales, cubre por lo tanto a la esclerótica, y también a la superficie posterior de los párpados. Ayuda a lubricar el globo ocular, produciendo mucosidad y lágrimas.


La pupila es un orificio situado en la parte central del iris por el cual penetra la luz al interior del globo ocular. Se trata de una abertura dilatable y contráctil, aparentemente de color negro que tiene la función de regular la cantidad de iluminación que le llega a la retina, en la parte posterior del ojo. También es llamada "la niña del ojo".


El nervio óptico es un nervio craneal y sensitivo, encargado de transmitir la información visual desde la retina hasta el cerebro. Se origina en la capa de células ganglionares de la retina, siendo su origen aparente el ángulo anterior del quiasma óptico.


Músculos de la órbita ocular  La cavidad orbitaria contiene 7 músculos, todos ellos constituidos por fibras estriadas y, por lo tanto, voluntarios. Se les designa a veces con el nombre de músculos extrínsecos del ojo, en oposición a los músculos lisos, el músculo ciliar y el músculo del iris, que están situados dentro del globo ocular y constituyen músculos intrínsecos.


El párpado es un pliegue de piel, músculo-mucoso móvil que cubre a los ojos. Esta compuesto por la membrana conjuntiva palpebral, en contacto con el globo ocular; el tarso (el esqueleto del ojo), una capa de notable espesor pero flexible; el músculo orbicular, que le da su movilidad; y la piel exterior. Su función es la protección del ojo y la humectación del mismo mediante las secreciones lagrimales.


Bibliografia: wikipedia, la enciclopedia libre.

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